En San Cristóbal Se abre el camino de la asociatividad en el campo
- josefernandobetanc
- 24 jun
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Cuando se habla de crisis en la vida campesina de Medellín, ocasionada por diversos factores, entre ellos el cambio de vocación agrícola de los predios rurales, la creciente urbanización y la ausencia de políticas públicas, fluye como imperante necesidad el tema de la asociatividad como una herramienta para preservar la vida, la cultura y la economía campesina. En este camino se destaca el aporte que hace la Asociación Campesina agroecológica de Boquerón, ACAB, como experiencia organizativa con 22 años de existencia en la ruralidad de Medellín.
Hugo Armando Cano. Directivo de ACAB San Cristóbal. Fotografía Cortesía.
La satisfacción más grande de este proceso asociativo, para Hugo Armando Cano, directivo de ACAB, “es poder desarrollar una experiencia que apunta a la asociatividad, el trabajo colectivo, hacer economía solidaria, el trabajo de crear circuitos cortos de comercialización que le permitan a las familias campesinas comercializar de manera directa, justa, y tener una relación directa con quienes consumen los alimentos en los centros poblados”. A esto se le suma la inclusión de la agroecología como una propuesta que vincula la parte ecológica “por la no aplicación de agro tóxicos, conservando las fuentes hídricas, los bosques, los suelos, y muy importante, la salud de quienes cultivamos y de quienes consumen los alimentos”, agrega Cano.
La ACAB, con un proceso organizativo que lleva ya 22 años, maneja una dinámica de economía solidaria, a través de fondos comunes que les han permitido desarrollar proyectos productivos con recursos propios, como montajes de invernaderos, la entrega de unidades pecuarias de gallinas y de pollos a mujeres para fomentar su autonomía económica.
En diálogo con Ciudad Rural en el marco del mes del campesino, el líder Armando Cano nos cuenta que sería interesante difundir esta experiencia en todo el territorio rural de Medellín, pero que se torna difícil por ser una asociación pequeña, “somos 20 familias campesinas y hacer procesos de divulgación en todo el territorio requiere de recursos, en personas, en transporte, en estrategias de comunicación y demás, con los cuales la asociación no cuenta y no hemos contado tampoco desde la municipalidad con medios para poder divulgar el proceso que nosotros desarrollamos”. Así mismo cree también que el Distrito de Medellín ha trabajado con los campesinos de una manera individual, “la parte asociativa me parece que no la ha sabido enfocar en términos de que a veces se crean asociaciones, se acompañan procesos en períodos muy cortos, lo cual no permite proceso de fortalecimiento y de mayor impacto en los territorios”.
Cano asegura que se carece de una intención desde la administración Distrital para replicar estos modelos que para ellos ha sido muy funcional como el vincular la agroecología, los procesos organizativos y los procesos de comercialización directa. “Creo es lo que mantiene viva la asociación durante tanto tiempo, porque a veces los procesos de la Alcaldía vienen muy enfocados a programas de formación y capacitación, que no trascienden en un asunto muy importante que es la comercialización, lo cual garantiza los ingresos para el sustento de las familias campesinas”.
Sembrado finca Santa Ana. Vereda El Llano, Corregimiento San Cristóbal. Foto Ciudad Rural
¿De qué manera se han articulado ustedes como asociación al proceso de Distrito Rural Campesino de Medellín?
Nosotros como asociación hemos hecho parte del movimiento campesino de Medellín que ha exigido figuras de protección para la ruralidad, y una de ellas fue ese logro de poder haber logrado que en el POT de 2014 se hubiera creado la figura de Distrito Rural Campesino; nosotros participamos haciendo incidencia campesina, en plantones, en debates en el Concejo de Medellín, y en varios territorios de la ciudad, haciendo visible la presencia campesina de la ruralidad de Medellín, y las diferentes exigencias que tenemos en términos de la protección del suelo rural, de la vocación campesina, de la economía campesina que se ha venido perdiendo y especialmente, los jóvenes que se han ido del territorio.
¿Qué logros han percibido con esta política pública y qué se puede proponer al Distrito para mejorar su implementación?
En términos de la implementación de esta política, vemos que no ha habido avances significativos, porque por un lado el fenómeno de la expansión urbana se sigue desarrollando, la subdivisión de los predios, el alto incremento en los impuestos prediales, también han venido digamos que empujando a los campesinos a que vendan sus tierras, a que cambien la vocación campesina, y ha sido falta pues de la aplicación eficaz de una política pública que permita la protección del campesinado como sujeto de derechos. Ahora tenemos el Distrito Rural Campesino, pero también en la reforma a la Constitución Política en el artículo 64 los campesinos somos sujetos de derechos y ya esto nos da más posibilidades de poder contar con políticas como éstas, pero desafortunadamente vemos que en Medellín todavía no se ha visto la ruralidad como sujetos de protección.
¿Cómo se articula el CDDR Consejo Distrital de Desarrollo Rural, y la Subsecretaria de Desarrollo Rural, con la Asociación Campesina, y los proyectos agrícolas de San Cristóbal?
En la articulación con el CDDR para este período hay que destacar que un integrante de la Asociación hace parte como delegado del sector campesino de San Cristóbal ante este Consejo, sabemos que es una representación para el sector campesino, no es de la asociación exclusivamente, y lo que tenemos que defender allí, son los intereses de los campesinos y las campesinas en general, quienes cultivan con agroquímicos, quienes hacen agroecología, con todos y con todas.
Desde esa participación hemos venido incidiendo en que se incorporen proyectos enfocados hacia la agroecología, hacia las mujeres, llegar a las instituciones educativas con programas de formación que fomenten y permitan el relevo generacional que es una de las condiciones difíciles y problemáticas que vemos en el territorio, en los corregimientos de Medellín, y creo que es un problema también a nivel nacional en general, entonces sí, hemos venido participando, sabemos que hace falta mucho para lograr una incidencia más efectiva en las políticas públicas de ciudad y que el Distrito como tal, reconozca más la importancia del sector campesino.
Las mujeres, protagonistas del campo
Doña Nelly Acevedo Acevedo, de la Vereda El Llano, vive en una bella casa de tapia construida hace más de 100 años; ella hace parte de la Asociación Campesina agroecológica de Boquerón ACAB. La integran 20 campesinos, de los cuales la mitad son mujeres, que le venden sus productos a la tienda de precios justos Coliflor, y recuerda como fundadores, entre otros, a Marta Guerra, Manuel Naranjo, Guillermo Medina, Guillermina, Armando Cano, William Álvarez, Nelly Vásquez, y están ubicados en el alto de Boquerón, las veredas de El Llano, El Yolombo, Las ¨Playas, El Uvito, y Llano alto.
Blanca Nelly Acevedo. Líder de ACAB San Cristóbal. Fotografía Ciudad Rural.
“La agrupación empezó en 1992 con unos mercaditos, poquitos, y como fueron aumentando la venta de los mercados, entonces se fundó la asociación de Boquerón” dice Nelly quien ingresó hace 18 años, satisfecha de pertenecer a ACAB. “Tengo que agradecerles mucho a los técnicos que me han visitado, que me han enseñado, en especial el tema de los abonos, para que dejara los químicos; Coliflor nos compra todo lo que vamos cultivando, ellos valoran mucho lo que nosotros hacemos y espero que nunca se termine la asociación”
Nelly nos habla del invierno, como una de las dificultades, por eso tratan de fortalecer los sistemas de invernaderos, “en las distintas parcelas los cultivos son muy variados, y hay algunos como la Berenjena que no lo tienen todos porque cuando se produce fuera de invernaderos se pierde mucho, es muy delicada”. Nos cuenta que cada año reciben algunos apoyos de la Subsecretaría de desarrollo rural del Distrito, en abonos, insumos y herramientas, y tiene la esperanza de que el DRC (Distrito Rural Campesino) y las propuestas del gobierno nacional, les ayuden a mejorar los procesos agrícolas.
La asociación de campesinos, planea con la tienda Coliflor, los tiempos y variedades de las siembras, y les sugieren que aumenten un porcentaje, al que esta tienda les recibe, para que puedan atender otros mercados alternos, como los mercados campesinos en algunos sectores de la ciudad. En su parcela Nelly cultiva entre otros productos, coles, cilantro berenjena, perejil crespo, perejil liso, pepino calabacín, pepino cohombro, espinaca, lechuga romana, lechuga crespa; y recuerda que se ganó un premio en el Distrito por ser “Custodia de semillas” -¿por qué?- “por mantener y guardar nuestras semillas nativas, no comprar contaminadas; de todos nuestros productos vamos seleccionando y guardando las semillas”.
Finca Santa Ana. Vereda El Llano, Corregimiento de San Cristóbal. Fotografía Ciudad Rural
Al trabajar con producción limpia, doña Nelly y todos sus compañeros utilizan abonos orgánicos, “en una caneca con microorganismos de montaña, mezclamos melaza, y hacemos caldos con harinas de roca fosfórica con melaza, hacemos caldos de ceniza para la cebolla de rama y controlar sus plagas; muchos abonos líquidos, compost de cerdo y gallinaza; con Nely Vásquez que estuvo en la escuela de agroecología hacemos el caldo bordelés, que se prepara a partir del sulfato de cobre y cal hidratada, también el sulfocalcico, que además de actuar como fungicida, insecticida y acaricida, aporta nutrientes como calcio y azufre a las plantas”.
En esta parcela se ponen las botas, Nelly con 75 años, y su hermano, ellos mismos la cultivan; “mis sobrinas me dicen: ¿usted se va a quedar toda la vida allá metida en esa tierra, usted que ha conseguido? Pues he conseguido salud, cuando el covid, nosotros no supimos que fue eso, madrugábamos a la huerta y nunca nos dio”
“Están sembrando es casas” Cecilia Álvarez, integrante de la JAL
Cecilia Álvarez Pulgarín. Líder de la JAL San Cristóbal. Fotografía Ciudad Rural
En el recorrido por San Cristóbal para dialogar con los campesinos de la ACAB, nos acompañó Cecilia Álvarez Pulgarín, quien es integrante de la JAL de San Cristóbal, quien, en su adolescencia y juventud, vivió y estudió en San Antonio de Prado. Cecilia representa a San Cristóbal en el CDDR, Consejo Distrital de Desarrollo Rural, y nos habla de los cultivos de Doña Nelly: “son una belleza, tiene una organización y qué más que es un cultivo limpio, de gran variedad, y está ayudando para que otros tengan una alimentación limpia.” Cecilia nos cuenta que el CDDR tiene 10 proyectos para ejecutar, “han estado en las instituciones educativas; con insumos, para agricultura tradicional, se aplica factura electrónica, y se les reconoce el 60%; para agricultura limpia el 100% en sus compras”.
Cecilia Álvarez plantea que se van a ejecutar proyectos de Invernaderos, y espera que con el avance del DRC mejoren las condiciones, pues le entristece el excesivo avalúo catastral, que hace que sus cosechas no les alcance para pagar el impuesto predial “Hay que saber conservar los pocos campesinos que nos van quedando; desde el gobierno distrital, y el gobierno nacional, hay que apoyar al campesino, nos estamos quedando sin campesinos y sin tierra, porque están sembrando es casas, y nos vamos a quedar sin agua y sin comida” advierte la Edila Cecilia Álvarez.
Autores: Antonio Jesús Betancur y José Fernando Betancur